Una inflación disparada hasta el 9,8% en marzo ha servido de argumento a los sindicatos para relanzar su reivindicación de unas subidas salariales que permitan recuperar el poder adquisitivo que los trabajadores están perdiendo con el incremento de los precios. La publicación del reseña del INE ha servido para un nuevo duelo verbal entre sindicatos y patronal, con la presencia puesta en las negociaciones para el pacto salarial que, fracasadas hasta el momento, deben reemprenderse luego de Semana Santa.
“No es admisible que sean los trabajadores y trabajadoras quienes asuman todo el esfuerzo y pierdan capacidad adquisitiva, como sucedió en la crisis financiera del 2008”, afirma UGT, insistiendo en que el nivel salarial es muy bajo. Por su parte, CC.OO. añade cifras al mismo argumento. “Solo cinco millones de trabajadores han pactado subidas salariales que alcanzan el 2,36%, mientras que los 6,5 millones restantes aún están pendientes de hacerlo”, afirman en el sindicato.
Adicionalmente, acusan a las empresas de traspasar los costes a los precios finales. “La inflación subyacente nos pone de manifiesto que estamos delante una segunda ronda de inflación motivada fundamentalmente por la insolidaridad de las empresas que están repercutiendo el incremento de los precios para nutrir su beneficio de beneficios”, afirma Mari Cruz Vicente, de CC.OO.
Poco que niegan en la CEOE, donde, por el contrario, destacan que no están repercutiendo todo el aumento de los costes, “lo que implica pérdidas para muchas empresas de estos sectores en un momento delicado”.
Desde Funcas apuntan que las empresas solo están traspasando una parte del aumento de los costes a los precios finales. Como argumento, señalan el aumento del 40,7% del índice de precios industriales (IPRI), que mide la cambio de los precios de los productos fabricados por la industria, que supone un indicador del elevado nivel en que están aumentando los costes para las empresas.
La patronal incluso avisa contra la helicoidal inflacionista que podría suponer un incremento de los salarios. Es el gran tema que tiene bloqueada la renovación del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), el ámbito que deberá servir de relato para los convenios de este año y los dos siguientes.
El pago en pensiones en el 2023 se disparará por la inflación
La negociación salarial girará en buena parte en torno a esta inflación disparada. Un 9,8% en términos interanuales, que supone la más elevada desde mayo de 1985. Es una inflación que ya repuntó inesperadamente a la salida de la pandemia, que en los últimos meses del 2021 fue elevándose con prisa y sin pausa, y que la invasión de Ucrania, el 24 de febrero, ha elevado a niveles no registrados en casi cuarenta primaveras. La parte menos mala es que algunos economistas, como Funcas, apuntan que se ha tocado techo; la no muy buena es que seguirá con niveles altos hasta el verano y solo entonces irá descendiendo progresivamente.
Es la confirmación de los datos avanzados por el INE el 31 de marzo, aunque entonces solo se recogían los precios en establecimientos hasta el 21 del mes y los precios centralizados hasta el 25. La contabilización de los últimos días del mes no ha modificado ni la inflación genérico, que se ha situado en el 9,8%, ni la subyacente, que sube hasta el 3,4%. Una monograma, por cierto, incluso de récord, ya que no se registraba desde septiembre del 2008.
Es una prueba más de cómo el aumento de los precios de la energía se ha trasladado al resto de los productos. Un reseña lo ilustra. De las 197 subclases en que el INE clasifica los productos, 94 han experimentado una inflación superior al 4%. Supone el 47% en comparación con el 36% de febrero, explica María Jesús Fernández, de Funcas.
El 9,8% de inflación internanual en marzo supone 2,2 puntos de aumento respecto a febrero, cuando registró un incremento del 7,6%. La electricidad y las gasolinas son los grandes responsables de este incremento, ya que aportan 1,6 puntos de la subida. Posteriormente le siguen los alimentos, con casi 0,3 puntos.
Si concretamos, aparecen los responsables habituales del aumento de la inflación en los últimos meses. La electricidad ha subido un 107,8% respecto a marzo del año precursor; el diésel, un 45,6%, y la gasolina, un 33,6%.
Es una elevada inflación contra la que el aspecto básico es el que el Gobierno está negociando con Bruselas para topar el precio del gas en el sistema ibero de formación de los precios energéticos.
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