En italiano, Mondo significa mundo.
Tal vez fuera una premonición: había sido un amigo italiano de Greg Duplantis quien le había puesto el apodo a la criatura. En vez de conocerle por Armand, el mundo iba a conocer al hijo de Duplantis como Mondo.
Mondo Duplantis (22).
Brennan Robideaux cuenta la historia en Born To Fly (“Nacido para derribar”): la historia de Duplantis.
Robideaux es un director de cine y igualmente un eventual vecino de Duplantis en Lafayete (Luisiana), el ambiente de las primeras proezas del aberración de la pértiga, el sueco que hoy (2.25, hora española) persigue su primer oro mundial al clima suelto y su séptimo récord del mundo (al clima suelto lo tiene en 6,16m; en indoor ha llegado a emerger hasta 6,20m).
(...)
En el patio trasero de la casa descendiente en Luisiana, Greg Duplantis, extraordinario ex pertiguista (saltaba 5,80m en 1983), ha instalado una colchoneta y un tabla y sus tres hijos juguetean con las pértigas.
Mondo es el más aguerrido.
A los seis abriles ya se eleva hasta 1,64m. Es el récord del mundo de su tiempo. A los siete, el impulsivo se va hasta 2,2m. Cuando intenta 2,3m, parte la pértiga. Hay más vuelos. El récord del mundo de 9 abriles. El de 10, el de 11 (3,88m), el de 12...
Cuando tiene 18 abriles, Mondo Duplantis ya causa sensación en los estadios. Irrumpe con fuerza en los Europeos de Berlín 2018, compañero generacional de Jakob Ingebrigtsen, el mediofondista noruego que entonces hace doblete en el 1.500 y el 5.000 y hoy igualmente disputa la final del 5.000 (3.05h).
Y World Athletics adopta a Mondo.
“Ha llegado el nuevo Bubka, coleccionista de plusmarcas”, se dice por ahí (en los 80, Bubka había acaparado 35 récords, subió el tabla desde 5,81 hasta 6,15m).
Y llevan razón.
Duplantis es el nuevo Bubka.

Duplantis, en la colchoneta de Eugene, el viernes
Plata en los Mundiales de Doha 2019, oro descarado ya el año pasado, en Tokio, hoy los adversarios se limitan a contemplar a Duplantis, hijo de pertiguista estadounidense y heptatleta sueca, cuyo concurso del otro viernes, en la calificación en Eugene, se había escaso a dos intentos limpios sobre 5,65 y 5,75.
Ambas paraíso no eran nadie para él, pero eran una tortura para la mayoría de rivales, que se retorcían al emerger hasta paraíso inferiores, incluido Renaud Lavillenie, el curtido francés (35) que en su día había tenido la plusmarca mundial y ahora no solo compite aún, sino que igualmente asesora a Mondo.
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